La primera mención que se hace es en la concordia realizada entre enero y febrero de 1104, por el obispo de Huesca y el abad de Montearagón (Ubieto Arteta, Cartulario de Montearagón, n.º 38).
En el término de la Iglesia de Santa Ana quedan vestigios de los despoblados de Armalé y Burjamán. El palacio del Marqués de Montemuzo se asienta sobre el antiguo castillo pues era villa amurallada, conserva aun uno de sus torreones, una inscripción en un muro pone 1E64.
El Molino de Harina se encuentra en las ramblas y data del siglo IX. Posee toda su maquinaria.
Dentro de su término pasaban tres calzadas romanas, pero el único vestigio localizado se encuentra bajo el pueblo.
Por el pueblo aun se conservan las antiguas cruces del vía crucis. La ermita de San Miguel con la frairía se destruyó con motivo de la desamortización. La fuente fue destruida con la construcción del canal.
